¿Qué tal una buena noticia para aliviar temporalmente la desesperanza mundial actual?
Según una nueva investigación publicada en Nature la semana pasada, las plantas y los animales del océano tienen la oportunidad de recuperarse en una generación.
Utilizando diferentes indicadores de vida, como población animal y degradación de los hábitats, los científicos describen un camino esperanzador para los seres vivos del océano. Sin embargo, la escala y magnitud del cambio climático se imponen.
Puntos principales:
- Las medidas para proteger y recuperar la población animal están funcionando (pero el trabajo no ha finalizado).
- Los indicadores de contaminación y de hábitat están mezclados, pero existen soluciones reales.
- Aunque muchos indicadores son esperanzadores, tienen pocasposibilidades de recuperación si la descarbonización no sucede pronto. Las políticas en materia de cambio climático son el Goliat que realmente determinará cómo será la vida en los océanos en 2050.
Recuperar la vida marina
El estudio registró la historia y las políticas de varias amenazas a la vida marina durante la sociedad moderna y concluyó que si se adoptan las medidas adecuadas, la vida marina se podrá recuperar plenamente para el 2050.
Poblaciones animales
Aparentemente, las amenazas a animales alcanzaron su punto máximo a finales del siglo XX. El surgimiento de grupos de conservación de los océanos durante ese tiempo impulsó las políticas y sentó las bases para la recuperación actual: desde el año 2000, la proporción de animales marinos catalogados en peligro ha bajado del 18% al 11%. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. Haber alcanzado el punto máximo de amenazas no significa que ya no las haya.
Las ballenas son un ejemplo alentador de cómo puede progresar la recuperación de las poblaciones. La caza de ballenas y otra megafauna marina alcanzó su punto máximo a principios del siglo XX y la recuperación ha sido fuerte.
Los autores describen algunas historias de recuperación notables:
Algunas especies marinas grandes han tenido recuperaciones muy buenas, incluso aquellas que se encontraban al borde de la extinción. Las ballenas jorobadas que migran de la Antártida a Australia oriental han ido aumentando del 10% al 13% al año, pasando de unos pocos cientos de animales en 1968 a más de 40.000 en la actualidad. Los elefantes marinos del norte pasaron de ser veinte individuos reproductores en 1880 a más de 200.000 en la actualidad y las poblaciones de focas grises han aumentado en un 1.410% en el este de Canadá y en un 823% en el mar Báltico desde 1977. Las nutrias marinas del sur han pasado de unos cincuenta individuos en 1911 a varios miles en la actualidad. Aunque todavía están en peligro, la mayoría de las poblaciones de tortugas marinas para las cuales hay tendencias disponibles están aumentando de tamaño, y este va acompañado por un incremento del 4 al 14% en las poblaciones de anidación de tortugas verdes.
Las políticas internacionales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en 1975 y la moratoria mundial sobre la caza comercial de ballenas en 1982 han ayudado enormemente.
Los autores señalaron a las pesquerías mundiales como otra historia de éxito en curso. La sobrepesca alcanzó su punto máximo a finales de los años ochenta y a principios de los noventa y la gestión de las pesquerías ha mejorado desde entonces. En promedio, las poblaciones de peces evaluadas científicamente en todo el mundo están sanas o mejorando. Actualmente, un tercio de las pesquerías están sobrepescadas, mientras que dos tercios son pesquerías sostenibles. Hay datos insuficientes de varias pesquerías en Asia y África occidental que probablemente están sobrepescadas, pero el fortalecimiento de la capacidad científica y de implementación de medidas en esos lugares las pondría rápidamente en el camino de la sostenibilidad.
Las poblaciones de peces se recuperan rápidamente una vez que la presión pesquera se reduce a niveles sostenibles, en general en un plazo de 10 años.
Contaminación y hábitats costeros
La contaminación daña los ecosistemas costeros como los arrecifes de coral, los bosques de algas y las praderas marinas. Ha habido distintos tipos de amenazas de contaminación en el último siglo: muchas han sido eliminadas o están mejorando, mientras que otras han surgido y están alcanzando su punto máximo.
La mejora en el tratamiento de aguas residuales en Estados Unidos y Europa en los años setenta ha reducido la eutrofización costera y mejorado la calidad del agua. Los acuerdos internacionales como el Convenio de Estocolmo y el Convenio MARPOL han reducido y eliminado gradualmente los contaminantes nocivos: “Los análisis de series temporales muestran que los contaminantes orgánicos persistentes heredados han disminuido incluso en ambientes marinos que tienden a acumularlos”. Por ejemplo, después de una iniciativa mundial para cambiar a gasolina sin plomo en la década de 1980, los niveles de plomo en el océano se han invertido a niveles de referencia. A pesar de los recientes derrames de petróleo, las normas de seguridad vienen mejorando desde hace décadas: en los años setenta, se produjeron 24,7 derrames grandes de petróleo por año, mientras que en el período 2010-2019, solo se produjo un 1,7 por año, una cifra catorce veces menor que la anterior.
Los reglamentos y los acuerdos internacionales funcionan, pero todavía hay que abordar varios tipos de contaminación.
La amenaza más inmediata a la vida marinaes la producción terrestre de alimentos. El uso de fertilizantes y la escorrentía que, según los investigadores actualmente se encuentra en su nivel máximo de amenaza, aún no ha alcanzado su punto máximo. La escorrentía de fertilizantes y estiércol de ganado causan eutrofización en el océano, una situación en la que demasiados nutrientes en el agua provocan el florecimiento de algas que desoxigenan el agua, asfixiando la vida. Es fundamental reducir el uso de fertilizantes y cambiar la dieta para que no contenga proteínas de animales terrestres (especialmente de la vaca).
La producción de ganado vacuno es la principal causa de deforestación. La deforestación afloja el suelo y los sedimentos luego se arrastran al océano y también asfixiana los ecosistemas costeros. Los bosques terrestres, especialmente los costeros como los manglares, desempeñan un papel vital en la salud del hábitat marino.
Los autores del artículo destacaron varios proyectos de restauración de manglares en todo el mundo como un progreso importante, pero seguimos perdiendo más manglares de los que ganamos. Una perspectiva optimista es que la pérdida mundial se ha reducido a solo el 0,11% por año y la reversión es inminente.
El plástico también se menciona como un tema actual, pero el plástico parece ser más feo que peligroso. Sí, algunas aves marinas, ballenas y tortugas mueren por la contaminación del plástico, pero las cifras de muertes por plástico palidecen en comparación con otras amenazas antropogénicas.
La recuperación de los hábitats costeros después de la eliminación de los factores de estrés o tras la restauración activa del hábitat suele producirse en una escala temporal similar a la de la recuperación de las poblaciones de peces: menos de una década para los arrecifes de ostras y otras poblaciones de invertebrados y los hábitats dominados por las algas; entre una y dos décadas para los hábitats de marismas y manglares; y entre unay varias décadas para las praderas marinos. Los corales y esponjas de aguas profundas crecen más lentamente y los tiempos de recuperación de la perturbación de la pesca de arrastre o de los derrames de petróleo pueden oscilar entre 30 años y más de un siglo.
Las áreas marinas protegidas (AMP) pueden ser una buena forma de proteger y restaurar estos hábitats costeros. Los autores señalan el aumento constante de las AMP en todo el mundo como un progreso, pero las AMPs son controvertidas y no hacen nada para prevenir la mayor amenaza para la vida marina: el cambio climático.
El cambio climático amenaza todo
En el pasaje anterior, los autores mencionan varios tipos de hábitat oceánico, pero los arrecifes de coral están notoriamente ausentes. Eso se debe a que la salud de los arrecifes de coral nunca ha estado peor en la historia de la humanidad y siguen empeorando. La escorrentía y la sedimentación ciertamente han paralizado los arrecifes de coral, pero la mayor amenaza son las emisiones de carbono.
El exceso de carbono en la atmósfera causa la acidificación del océano y su calentamiento. Los corales no pueden crecer tan rápido en aguas de bajo pH mientras que el exceso de calor hace que se blanqueen, un proceso del que el 50% no se recupera. Los arrecifes de coral completamente protegidos y aislados de los impactos antropogénicos sufren como cualquier otro ante aguas más cálidas y ácidas.
En el siglo XX, cada pocas décadas ocurrían blanqueamientos a nivel mundial, pero debido al inusual calentamiento del agua causado por el cambio climático, ha habido 3 en los últimos 5 años. La única acción directa para salvar los arrecifes de coral es limitar las emisiones de carbono. Si las emisiones de carbono no se detienen, acabarán con los arrecifes de coral en el siglo XXI.
Las emisiones de carbono también son una gran amenaza para los animales marinos yotros hábitats. A medida que el océano se calienta, los organismos se verán forzados a migrar hacia los polos, áreas para las que no han evolucionado. Habrá cambios masivos en la ubicación y abundancia del hábitat. Los bosques de algas son sensibles al agua caliente, mientras que el aumento del nivel del mar puede dañar los manglares. Los animales marinos son especialmente vulnerables a la extinción inducida por el clima.
En 2016, el mundo intentó promulgar una política mundial para limitar el calentamiento global (inducido por el cambio climático)a 2 grados por encima de los niveles preindustriales. El Acuerdo de París fue firmado por casi todos los países del mundo, pero la tierra sigue encaminada a un aumento de 2,6 y 4,5 grados (el planeta es actualmente 0,8-1° más caliente que los niveles preindustriales). El último informe del IPCC sobre el cambio climático sugirió que el calentamiento debe limitarse a 1,5° para salvar los arrecifes de coral. Se necesitan políticas más fuertes.
No se puede sobrestimar la amenaza y la magnitud del cambio climático. Es, por lejos, la mayor y más importante amenaza para la vida marina y hay que hacerle frente. Según los autores delartículo, es “el trasfondo crítico en el que se desarrollarán todos los futuros esfuerzos de recuperación”.
En general, los beneficios sociales que se obtendrían de la recuperación sustancial de la vida marina para 2050 dependerán de la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y del desarrollo de tecnologías eficientes de captura y eliminación de CO2 para cumplir o, preferiblemente, superar los objetivos del Acuerdo de París.
Ojalá hubiera un momento trascendentalen el que la humanidad comenzara a prestar atención al asesoramiento de los expertos y a aplanar la curva (de las emisiones mundiales).
¿Optimismo oceánico?
El cambio climático es el problema de preservación de los océanos más importante de nuestro tiempo. La escala puede parecer abrumadora, pero hay muchas razones para tener esperanza. Lo más importante es que cualquier cantidad de calentamiento reducido es enormemente beneficioso. El objetivo es 1,5°, pero 2° tiene una orden de magnitud mejor que 3° que tiene una orden de magnitud mejor que 4°. Cada poquito importa.
Aunque nuestro tiempo se está acabando, todavía tenemos una legítima oportunidad de llegar a 1,5°. La descarbonización a gran escala puede ocurrir con los líderes políticos y las prescripciones políticas correctas (es decir, las elecciones tienen consecuencias). Por ejemplo, en los Estados Unidos se ha vuelto rápidamente popularla política Green New Deal para descarbonizar el país.
No se ha perdido la esperanza, tenemos el plano para restaurar la vida marina: sólo tenemos que ejecutarlo.
Acciones de mayor impacto que se pueden tomar:
- Abogar, hacer campaña y votar por políticas y líderes que favorezcan el océano.
Otras buenas acciones:
- Reducir el impacto en su dieta. Lea nuestra guía de cómo comer por el planeta.
- Obtenga su electricidad de energías renovables.
- Vuele menos.
Max Mossler
Max is the managing editor at Sustainable Fisheries UW.
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