Gestión pesquera

Regular la pesca es esencial para la sostenibilidad. En esta sección, explicamos las metas de gestión, estructuras y desafíos en todo el mundo.

Las bases

En el mundo occidental, generalmente hay tres pasos entre un pez que nada en el océano y termina en tu estómago. Primero, el pez debe ser capturado; luego, se debe procesar para venderlo —esto significa limpiarlo, filetearlo y empacarlo; finalmente, se lo comercializa y se vende a tiendas y restaurantes. Todas las personas involucradas en estos pasos, desde los pescadores hasta los procesadores y los pescaderos, son parte de la industria. Y, como todas las industrias de alimentos, está regulada. Las normas de procesamiento y comercialización son esencialmente comparables a otras normas alimentarias —saneamiento, transporte, eliminación de residuos, etc. — pero la pesca es una manera única de recolectar alimento aquí en el planeta Tierra. Una exitosa gestión pesquera asegura la sostenibilidad de las poblaciones (stocks) de peces, el alimento delos consumidores y sustento para quienes están en la industria.

Cada país costero en el mundo está autorizado a pescar dentro de las 200 millas náuticas de su costa; a esto se le llama zona económica exclusiva (ZEE). Cada país es responsable de gestionar su ZEE y las pesquerías dentro de ella. Típicamente, esto se hace a través de un marco regulatorio y es implementado por una rama específica del gobierno. Por ejemplo, en Estados Unidos, la pesca es regulada por la Ley de Magnuson-Stevens y administrada por el National Marine Fishery Service (NMFS; Servicio Nacional de Pesca Marina) de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA; Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) o por organismos estatales. Las pesquerías de la Unión Europea están reguladas por la Política Pesquera Común (PPC; en inglés: Common Fisheries Policy, CFP) y administrada por la Comisión Europea.

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La mayoría de las pesquerías del mundo operan en una ZEE, pero algunas lo hacen en altamar, un área sin leyes, en su mayoría no regulada, que no pertenece a nadie. Existen esfuerzos mundiales para regular la pesca en altamar a través de organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROP; en inglés: regional fisheries management organizations, RFMOs) pero es una tarea complicada. Para aprender más de las pesquerías de altamar, vaya aquí.

Recursos comunes

A pesar de que los países controlan su propia ZEE, ninguna parte del océano es propiedad privada. Esto constituye la característica fundamental de las pesquerías: son recursos comunes —es decir, son compartidos, públicos y no tienen manera inherente de excluir a los individuos de su explotación.

Sin gobernanza, surge la tragedia de los comunes, en la cual los individuos maximizan su propia ganancia a expensas de la sostenibilidad y de otros con menos poder o capital. Enfrentar un problema común requiere acción colectiva de las partes interesadas o regulación gubernamental.

Metas de la Gestión Pesquera: Triple Resultado

En la gestión pesquera existe un delicado equilibrio entre la seguridad social y ambiental. La pesca brinda alimento y recreación al público, trabajo y sustento a las personas y crea identidad y afinidad en las comunidades. Estos aspectos de la pesca deben mantenerse y fomentarse. Afortunadamente, la mayoría de los marcos regulatorios, como la Ley de Magnuson-Stevens y la PCC, requieren legalmente que se realicen consideraciones sociales en las decisiones pesqueras; una gestión acreditada incorpora el bienestar social y se esfuerza por mantener satisfechos a todos los usuarios de los recursos.

Si bien tendemos a enfocarnos en la ciencia de la sostenibilidad biológica y las implicancias sociales de las políticas, es importante recordar que la pesca es un negocio lucrativo. La rentabilidad es considerada en las decisiones de manejo pesquero; de manera auspiciosa, mantener la sostenibilidad pesquera es lo mejor para obtener ganancias a largo plazo.

Los tres pilares de una gestión pesquera exitosa son: poblaciones saludables de peces, resultados sociales progresivos y ganancias. Este enfoque de triple resultado es la base para evaluar las pesquerías y tomar decisiones sobre políticas. La figura a continuación muestra los elementos y la interconectividad de cada una de las tres metas principales; la figura es tomada de Anderson et al. 2015 (acceso libre), un artículo que propone una forma coherente y estandarizada de evaluar pesquerías —desde su publicación se ha tornado uno de los artículos más influyentes de gestión pesquera en la última década.

De Anderson et al. 2015. La columna de la izquierda representa los 3 componentes del éxito de triple resultado.

Anderson realizó un seguimiento de este artículo en 2018 con una comparación detallada de los enfoques y resultados de la gestión pesquera. Lea más sobre este artículo aquí.

Rendimiento Máximo Sostenible

Como se puede ver en la figura anterior, los resultados sociales y económicos están particularmente vinculados ya que la rentabilidad y el sustento son interdependientes—las empresas pesqueras necesitan dinero para pagar a mujeres y hombres pescadores por su pesca y su trabajo. Todas las partes dependen de la presencia de peces en el agua, pero los resultados sociales y económicos pueden influenciar cuánto se pesca. Entonces, ¿cuánto se debe pescar? Hay algunas variables a considerar:

  • El tamaño poblacional de los peces (ecológica)
  • La magnitud de presión pesquera o esfuerzo pesquero (trabajos: social)
  • Los costos y ganancias de la pesca (económica)
  • El suministro de alimento para las personas (seguridad alimentaria: social)

Si graficáramos estas variables, se verían similar al gráfico a continuación.

MSY
Via World Ocean Review

Introducción a la Economía Pesquera

La cantidad de peces capturados es una línea curva (rendimiento) cuando se grafica en función del esfuerzo pesquero en el eje x. Una cierta cantidad de esfuerzo entre cero e ilimitado es la justa para maximizar el rendimiento a largo plazo y mantener poblaciones sanas y sostenibles —esta cantidad se llama rendimiento máximo sostenible (RMS).El costo de pesca (salario, mantenimiento del barco, equipamiento, combustible, etc.) depende generalmente de la magnitud del esfuerzo pesquero (es decir, es proporcional a la cantidad de días que se usa el barco para pescar). Esta línea recta que empieza en el origen se intersecta con la línea curva de rendimiento en algún punto. El área sombreada en azul por encima de la recta de costos y por debajo de la curva de rendimiento es donde el cociente entre el rendimiento y el costo es mayor a 1. El punto de unión de la recta de costos y la curva de rendimiento es donde se equilibra el cociente y la pesca ya no es redituable. Pasando ese punto, el cociente entre el rendimiento y el costo es menor a 1. La tragedia de los comunes explica por qué ese punto sería el rendimiento sin regulación —los individuos entrarían a la pesquería hasta que ya no fuera redituable hacerlo. El cociente entre el rendimiento y el costo es el más alto en el rendimiento máximo económico (RME). Este es el punto donde la eficiencia económica es más alta en el sector de pesca de captura.

La pesca para alcanzar un RME es mejor en términos de rentabilidad, pero crea menos puestos de trabajo y deja alimento en el océano. Si una única empresa tuviera el control total del sector de capturas de una pesquería, la pesca estaría orientada a alcanzar un RME. Si además tuviera el control de los sectores de procesamiento y servicios, se pescaría para alcanzar un RMS, bajo el cual las ganancias serían probablemente las mayores en todos los sectores combinados. Básicamente, RME=RMS. De todas los principales entidades reguladoras, solamente Australia obliga a pescar para alcanzar un RME —todos las restantes regulan hacia un RMS para maximizar los beneficios sociales (alimento y trabajo).

Es importante señalar que este gráfico es genérico. La curva de rendimiento en relación al esfuerzo siempre sube y luego baja, pero la forma exacta puede variar. Además, la recta de costos de pesca puede variar dramáticamente y con ella el cociente entre el rendimiento y el costo. Una recta empinada significa que una pesquería puede no alcanzar su potencial de alimento y trabajo, mientras que una recta plana puede fomentar la sobrepesca.

Aparte de los costos de las licencias y las tarifas de desembarque, los gestores pesqueros tienen poco control sobre el ángulo de la recta de costos de pesca —mucho depende de los precios del combustible o de la demanda de los consumidores, por ejemplo, pero los gestores pesqueros y los responsables de formular las políticas tienen muchas herramientas para regular hacia un RMS.

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