En el año 2050, la Tierra tendrá aproximadamente 10 mil millones de humanos que consumirán más de 500 mil millones de kilogramos de carne. O sea, 2 mil millones más de personas y 177 mil millones más de kilogramos de carne repecto a lo que actualmente tiene la Tierra. Dado que la carne obtenida de la producción terrestre está cargada de impactos climáticos y ambientales, ¿cuánta proteína animal puede proveer el océano de manera sostenible? Un nuevo artículo (de acceso libre) publicado en la revista Nature y titulado El Futuro de los Alimentos Provenientes del Mar respondió esa pregunta y brindó una guía sobre la economía para la producción sostenible de alimentos provenientes del océano.
Los autores concluyeron que para el año 2050 el océano podría brindar 80-103 mil millones de kilogramos de alimentos de manera sostenible, un aumento del 36-74% comparado al rendimiento actual de 59 mil millones de kilogramos. Es crucial el hecho de que los números obtenidos para el año 2050 no son un simple cálculo de la capacidad de carga de la producción de alimentos, sino que reflejan las realidades económicas de la cría y extracción de alimentos en el océano. Los autores identificaron cuatro pasos claves hacia un océano más abundante:
- Mejorar la gestión pesquera
- Implementar reformas en las políticas para abordar la maricultura
- Avanzar en tecnologías de alimentos para la maricultura con alimentación
- Cambiar la demanda del consumidor
En este artículo, explico los números detrás de la producción potencial de alimentos en el océano y cómo podrían ser los procesos de políticas y gobernanza al avanzar.
¿Por qué obtener alimentos del mar en vez de obtenerlos de la tierra?
Aumentar la producción de alimentos en la tierra es difícil debido a las tasas de rendimiento en disminución y a la escasez general de tierras y agua dulce. Más de la mitad de toda la tierra arable y más del 90% del agua dulce ya es usada en producción de alimentos. Los vertidos de los establecimientos son una fuente importante de contaminación y eutrofización del agua.
Del total de alimentos requeridos por los humanos, la proteína es el macronutriente cuya producción genera el mayor impacto. No sólo tiene una huella de carbono desproporcionada, sino que también la producción de ganado es el mayor generador de deforestación y pérdida de biodiversidad en el mundo. La mayor parte del aumento en producción de alimentos proviene de reemplazar las selvas tropicales por haciendas.
Aumentar la producción de proteína proveniente del mar debería ser parte de la solución. Tiene una huella de carbono mucho menor y menos impactos en biodiversidad. Maximizar los alimentos marinos sostenibles hará que sea mucho más fácil alcanzar las metas de biodiversidad y clima propuestas para el 2050.
Además, los alimentos marinos son más sanos que los provenientes del ganado. Son más magros y contienen una gran cantidad de micronutrientes difíciles de obtener a partir de alimentos provenientes de la tierra.
La acuicultura terrestre tiene problemas similares a los que tiene la producción de otros tipos de carne, particularmente con el agua dulce. Aunque las granjas de acuicultura recirculantes se están volviendo más frecuentes, las aguas residuales sin tratamiento provenientes de la acuicultura son altamente contaminantes. El término acuicultura refiere coloquialmente a cualquier cultivo de peces, pero en este artículo acuicultura refiere específicamente a cultivos acuícolas en tierra. Los cultivos de especies en el mar son llamados maricultura.
Tres fuentes de proteina oceánica: pesca de captura en medio natural, maricultura sin alimentación y maricultura con alimentación.
Pesquerías
Ahora que he establecido porqué los alimentos provenientes del mar son una buena idea necesaria, vamos a adentrarnos en la ciencia detrás del artículo. Actualmente, las pesquerías de captura en medio natural dan cuenta del 83.5% (49.300 millones de kg) de proteína proveniente del mar, mientras que la maricultura de bivalvos y de peces aportan mucho menos. Medido en peso, el 78,7% de las pesquerías monitoreadas son sostenibles en la actualidad. La sobrepesca reduce el suministro de alimento a largo plazo, reduciendo las poblaciones de manera no sostenible. Mejorar la gestión de manera que todas sean pescadas al máximo sostenible aumentaría el rendimiento en un 16%, a 57.400 millones de kg de alimento. El primer autor, Dr. Christopher Costello, dijo “Hemos tenido una historia de sobreexplotación de muchas pesquerías, pero estamos viendo que los gobiernos están empezando a implementar mejores políticas de gestión pesquera. Y cuando se recuperan pesquerías, se restaura la salud del océano y eso permite tener más alimento.»
Sin embargo, existen desafíos para hacer que todas las pesquerías sean sostenibles. Aunque la ciencia y la gestión pesquera han mejorado significativamente en las últimas décadas —existe la tecnología para gestionar pesquerías de manera sostenible— hace falta la capacidad a nivel mundial. Los países con medios financieros y científicos para gestionar sus pesquerías e implementar y hacer cumplir las reglamentaciones tienen poblaciones de peces más saludables o en recuperación, los países sin esa capacidad en general no las tienen. Aumentar los rendimientos de las pesquerías requerirá que los países en desarrollo inviertan en sus capacidades de gestión pesquera.
La maricultura tiene mucho más potencial de expandirse y será la fuente de la mayoría de las ganancias de la producción de alimentos.
Maricultura
Mientras que las pesquerías están limitadas por problemas de capacidades, la maricultura está restringida por reglamentaciones que son muy laxas, conduciendo al daño ambiental, o por el contrario «demasiado restrictiva, entreverada o vagamente definida». Esta variación de las políticas de maricultura, desde demasiado laxas a demasidado restrictivas, depende principalmente del tipo de maricultura, con alimentación o sin ella.
En la maricultura sin alimentación sa trata de animales que filtran el agua marina para obtener alimento, típicamente bivalvos como mejillones, almejas, ostras y vieiras. Los bivalvos de cultivo tal vez sean los alimentos de menor impacto en el planeta. Tienen una huella de carbono baja y requieren de muy pocos insumos —los cultivadores simplemente ubican las crías de bivalvos sobre cuerdas o en canastas y los dejan crecer naturalmente. En base a los precios actuales, los autores estiman que la maricultura de bivalvos podría producir 80,5 mil millones de kg de alimento, aunque la demanda no sería lo suficientemente alta como para hacerlo posible. No hay casi ninguna desventaja en la maricultura sin alimentación, pero las reglamentaciones han sido restrictivas más que de apoyo —actualmente, se producen solo 2900 millones de kg por año.
Otras especies, no de bivalvos, como el salmón del Atlántico y los camarones de cultivo, son consideradas maricultura con alimentación porque requieren ser alimentadas y/o de otros insumos. El impacto ambiental de esos insumos es el mayor componente de la sostenibilidad de la maricultura con alimentación. Actualmente, el 75% de la maricultura con alimentación requiere de algún tipo de insumo de peces extraídos del medio natural (carne o aceite de pescado). Como dichos peces tienen límites ecológicos, la maricultura con alimentación también los tiene…a menos que los criaderos desarrollen nuevas formas de alimentar a sus especies con menos insumos extraídos de la naturaleza. «Alternativas de alimentación más rápidas y mejoras de eficiencia en la acuicultura serán clave para escalar la producción marina sostenible», dijo el Dr. Halley Froehlich, uno de los coautores. En el artículo se puede leer:
Ingredientes alternativos —incluyendo proteínas animales o vegetales terrestres, desechos del procesamiento de alimentos marinos, ingredientes microbianos, insectos, algas y plantas genéticamente modificadas— están siendo desarrollados rápidamente y son cada vez más usados en los alimentos para maricultura.
El desarrollo de tecnología para reemplazar la carne y el aceite de pescado es la mayor variable en la cantidad de alimento que puede producirse a partir del océano. Los investigadores crean escenarios reduciendo los requisitos de carne y aceite de pescado en un 50% o 95% de los niveles actuales— estos avances tecnológicos aumentarían la oferta de alimentos en 17.2 mil millones de kg y 174.5 mil millones de kg, respectivamente. En la actualidad, la maricultura con alimentación produce 6.8 mil millones de kg de alimento por año.
La economía de los alimentos marinos: oferta y demanda
Las condiciones ecológicas como la temperatura del agua y la productividad determinan si es apropiado llevar a cabo la maricultura, pero los investigadores agregaron una variable económica (es decir: costos de equipamiento, costos operativos, etc) para evaluar la factibilidad. Básicamente, determinaron si un área del océano era ecológicamente viable para la maricultura en base a condiciones ambientales Y económicamente viable dependiendo del precio de venta de las especies y el costo del alimento. De esta manera, los investigadores fueron capaces de construir curvas de oferta globales para cada uno de los tres tipos de proteína oceánica. La oferta de las pesquerías de captura en ambientes naturales depende de la reforma de la gestión, la oferta de la maricultura con alimentación depende principalmente de la innovación tecnológica en los alimentos, y la oferta de la maricultura sin alimentación depende en gran medida de la reforma de políticas.
Nuestras curvas de oferta sugieren que los tres sectores de producción de alimentos oceánicos son capaces de producir mucho más alimento de lo que actualmente producen. La demanda en cantidad de alimentos marinos también responderá a los precios.
Una vez que los investigadores establecieron las curvas de oferta le agregaron las curvas de demanda para ver cómo sería la interacción del precio con la disponibilidad. La intersección de esas dos curvas es la estimación de los alimentos futuros provenientes del mar. En la figura a continuación (Fig.4 en el artículo), se puede ver el precio (izquierda), la producción total (abajo) y las curvas de oferta (en negro). Se muestran varios escenarios de demanda para los tres sectores. El primero (en verde) muestra el caso en que la demanda se mantiene igual a la actual —lo cual es poco probable a medida que la población comienza a crecer. El segundo (en violeta) considera el crecimiento poblacional y de ingresos pero asume que la percepción de los consumidores respecto a los alimentos marinos se mantiene igual. El tercero (en rojo) muestra un escenario de demanda mayor en el que también aumenta la percepción del consumidor frente a los alimentos marinos.
Bajo la actual demanda, el alimento proveniente del mar brindaría solo 62 mil millones de kg de alimento por año en 2050. Con un escenario normal de demanda se estima 80 mil millones de kg, mientras que con uno de mayor demanda se estima 103 mil millones de kg.
El camino hacia los alimentos provenientes del mar sostenibles
Basándose en los límites ecológicos y económicos de producir alimentos en el océano, los autores identificaron cuatro pasos para aumentar los alimentos provenientes del mar de manera sostenible:
1. Mejorar la gestión pesquera
Mejorar la gestión pesquera maximizará la cantidad de alimentos extraídos de la naturaleza disponibles para los seres humanos y usados como alimento de acuicultura y maricultura. Las reglamentaciones han mejorado significativamente en las décadas pasadas, pero aún hay cabida para mejoras. Un foco de atención importante deben ser los países en desarrollo que no tienen la capacidad de gestionar, implementar y hacer cumplir las reglamentaciones.
2. Implementar reformas en las políticas para abordar la maricultura
¿Por qué los océanos no están repletos de bivalvos cultivados? ¡Son uno de los alimentos con menor impacto en el planeta! Es necesario que las reglamentaciones fomenten más la maricultura sin alimentación y de bivalvos.
Por otra parte, se necesita ajustar algunas de las reglamentaciones de la maricultura respecto a su alimentación para limitar sus impactos. Sin embargo, como sucede con la producción de alimentos en general, existirán compromisos ambientales (con énfasis):
Un aumento en la producción de maricultura necesitará prácticas y políticas de gestión que permitan la expansión ambientalmente sostenible, a la vez que equilibren los compromisos asociados tanto como sea posible; este principio sustenta todo el análisis. Consideramos que la expansión sustancial es realista, dados los costos de producción y el probable aumento futuro en la demanda.
3. Avanzar en tecnologías de alimentos para la maricultura con alimentación
La maricultura (y acuicultura) de peces tiene el mayor potencial de expansión. En este momento, está limitada por la alimentación derivada de la pesquería de captura en ambientes naturales. Mejorar la tecnología de alimentación es la mayor variable de la producción de alimentos del futuro, pero también podría venir con compromisos.
La innovación técnica ambiciosa (es decir, la sustitución de ingredientes marinos con proteínas provenientes de la tierra) puede ayudar a disociar la maricultura con alimentación de las pesquerías de captura en ambientes naturales, pero probablemente volverá a centrar algo de presión en los ecosistemas terrestres.
4. Cambiar la demanda del consumidor
La economía de aumentar la oferta de alimentos oceánicos solo tiene sentido si las personas quieren consumirlos. Bajo un escenario de demanda normal, los alimentos provenientes del mar constituirán solo el 12% del aumento necesario de proteína animal del planeta (comparado con el 17% de cantidades actuales). Un escenario de mayor demanda conformaría el 25% del aumento necesario. Cuanto más alimento proveniente del océano, mejor, ya que preserva más biodiversidad y tiene menos impacto climático que sus alternativas. Sin embargo, hay muchas limitantes para aumentar la demanda del consumidor.
Las personas en países desarrollados (quienes consumen más alimentos marinos) están menos habituadas a cocinar el pescado en sus hogares; los alimentos marinos son la mayor proporción de las carnes consumidas en restaurantes. Cambiar las dietas del hogar para incluir más alimentos marinos requerirá más recetas e instrucción. Los gobiernos pueden tener cabida aquí también. Un ejemplo son los fondos Seafish de Reino Unido, una organización que busca fomentar que los ciudadanos de Reino Unido consuman alimentos marinos locales.
Otro problema de perspectiva del consumidor es que los alimentos marinos tienen poca reputación de sostenibilidad.
Informes de amplia difusión sobre el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación y la maricultura no sostenible dan la impresión de que es imposible aumentar la oferta de alimentos provenientes del mar de manera sostenible.
Aunque esa era una reputación justificada en la década de 1980, el sector ha hecho grandes avances desde entonces. La mayoría de las poblaciones de peces monitoreadas son saludables o están en recuperación; 78.7% del pescado (medido en peso) proviene de una población biológicamente sostenible.
Las ONGs ambientales tienen un papel importante en esta parte de la demanda. Aunque han sido principalmente críticas del sector de alimentos marinos, promover la producción sostenible de alimentos provenientes del mar brindaría beneficios a la biodiversidad mundial, ya que los compromisos de la producción de alimentos en el sector terrestre son más costosos que en el océano. En lugar de luchar contra las pesquerías y la maricultura, más ONGs deberían fomentar su desarrollo sostenible.
La percepción pública de la conservación del océano no condice con la ciencia. Siendo las instituciones más orientadas al público, las ONGs ambientales deberían liderar el cambio en percepciones e inspirar los aumentos en la demanda.
La alimentación sostenible de 10 mil millones de personas es problema climático y de conservación del siglo XXI. La sociedad necesita acabar con el hambre y la malnutrición, protegiendo, a la vez, tanta naturaleza y biodiversidad como sea posible. El océano puede, y debe, tener un papel principal. El Dr. Costello lo resumió bien:
“Si se hace de manera sostenible, realmente se podría aumentar el alimento proveniente del mar, en una gran proporción respecto a la expansión de alimentos provenientes de la tierra, y puede ser hecho de manera mucho más amigable con el ambiente para el clima, la biodiversidad y otros servicios del ecosistema que la producción de alimentos en tierra.”
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Max Mossler
Max is the managing editor at Sustainable Fisheries UW.